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lunes, 28 de mayo de 2018

Violet Evergarden

Vaya por delante que me ha gustado mucho esta serie anime de Kyoto Animation y seguro que me extiendo más de lo necesario. La serie se basa en una serie de novelas ligeras ganadoras de más de una categoría en unos premios que los propios estudios concedieron en 2014.

Hay pocos estudios como "KyoAni" que rivalicen en la calidad de sus obras y sello personal. Seguro que ya lo he dicho en alguna otra reseña. Y me gusta este anime, que Netflix distribuye, aunque sea una serie con ingredientes de géneros quizás muy comunes, que en mi caso no tendrían porque gustarme demasiado como el drama, romance, acción bélica e incluso algo de ciencia ficción o, más bien, algo parecido al steampunk; donde se muestra un escenario de época, próximo a los finales del siglo XIX o comienzos del XX con un toque refinado de la Europa clásica en contraposición con el uso de manos protésicas de adamantium(sí, el mismo metal de las garras de Lobezno-Wolverine- en los X-Men).

Todo ello para... escribir cartas en una máquina de escribir.

La mezcla funciona. Se aparta de los géneros comunes de anime, al no estar ambientado en Japón; ni el presente moderno. Pero está dotado de gran realismo en lo que podría ser perfectamente una región con claras influencias y costumbres occidentales. Con coherencia cultural; sin mezclar culturas dispares. Llevando el tema del diseño artístico a un nivel por encima de series como "Sora no woto".

Este escenario es cuando menos intrigante. Para querer saber más.

Y me ha gustado mucho el anime porque, aparte del personaje femenino protagonista que da nombre a la serie, cobra protagonismo la máquina de escribir. Por alguna razón, siempre me fascinaron los aparatos con teclas o botones. Las máquinas de escribir, siendo lo suficientemente "viejuno" para haberlas utilizado al aprender mecanografía con ellas, son una de las pocas cosas del pasado que me producen cierta nostalgia.

Y ese protagonismo está en la historia, en detalles y accesorios que acompañan a la protagonista, y en la fantástica música orquestal compuesta por Evan Call que integra los chasquidos característicos de las teclas en la banda sonora; que acompaña a la serie desde el comienzo. Y que le da un aire cinematográfico que también evoca cierto cine del pasado como la secuencia introductoria de "Forrest Gump". Supongo que no seré el único que note esa similitud en el primer episodio. No tanto musicalmente sino como por la puesta en escena.

El romance está tratado de un modo que, pese a que domina toda la historia, no llega a sentirse cursi o empalagoso. Es una historia bonita, y en ocasiones triste, que transmite muchas emociones diferentes. Tiene una trama argumental que conduce hasta el momento final en el episodio 13. (Con un arco alternativo que está previsto se estrene en forma de OVA nº 14, en julio de 2018)

Pero, si algo merece la pena en este anime es conocer a Violet Evergarden. ¿Es una chica o una máquina? Realmente no se sabe distinguir en los primeros episodios. Poco a poco, a razón de 25 minutos por episodio, contándonos su historia entre algún que otro flashback para recordarnos una reciente guerra que aún tiene frentes abiertos y cicatrices que aliviar, se nos muestra cuánto hay de humano en ella con cada nuevo episodio; en ocasiones autoconclusivo. Con personajes que encandilan y haciendo el mundo de la serie "Violet Evergarden" cada vez más grande.


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