Grande, costumbrista, ciberpunk, coral, comédica, romántica, de acción.
Tengo que preparar mi vocabulario para describir esta película con algunos adjetivos que se quedan bastante cortos para describir el film de Mamoru Hosoda, director conocido por La chica que saltaba a través del tiempo. Un anime aquel que no deja indiferente a nadie y que suele gustar mucho; y en esta ocasión el director no ha dado un paso atrás sino como cincuenta pasos adelante.
Summer Wars transcurre en una apacible casa familiar del Japón rural del norte de la isla Honshu (la principal), concretamente cerca de Ueda en la prefectura de Nagano, los últimos días de julio de 2010. La trama se mezcla con un problema en OZNet; una red de redes electrónica que interconecta el mundo real de las personas con el virtual, donde cada usuario dispone de un avatar que le representa y puede controlarlo desde su ordenador o dispositivo móvil.
La trama se va enredando mientras conocemos una interesante familia ¿normal? muy unida con sus avenencias y desavenencias.
No quiero desvelar ningún detalle más. Es muy probable que no hayáis visto esta película todavía, que tuve la suerte de encontrar en bluray en el Salón del Manga de Barcelona 2010 antes de comercializarse oficialmente en España por la distribuidora francesa KAZÉ, y creo que sus en torno a una hora y 50 minutos de largometraje merecen ser vistos con ojos curiosos, sin predisposición a nada para disfrutar más de la original historia. Aunque después se puede repetir sin cansarse de verla.
Habiendo entrado en la carrera por el Oscar a mejor película de animación, como única representante del país nipón en la categoría, y compitiendo con una decena de películas yankis marca Pixar/Dreamworks/etc, es garantía al menos de que es una película global, para todos los gustos. Y, en mi opinión, la única merecedora de la estatuilla por encima de sus rivales Toy Story 3, o incluso Como entrenar a tu dragón.
Comparándolas con otros animes, aunque se trata de un anime de los estudios Madhouse, estoy seguro de que los fans de las películas más ligeras de Ghibli (sin dramones del 15) en el campo de la comedia o fantasía también disfrutarán esta película.
Pues eso, que hay que verla. Punto. Y si no os gusta que os devuelvan el dinero.