La premisa del argumento nos lleva a un mundo donde conviven humanos y ghouls que sólo se alimentan de carne humana. Ken Kaneki, un estudiante normal que se ve atraído por una ghoul, sin saber que ella no es humana, y en un incidente es herido gravemente junto a ésta y, por tanto, varios de sus órganos se aprovechan para mantener con vida a Ken. Eso le convierte en medio humano y medio-ghoul. Su primera lucha será conciliar su apetito y su lado humano; al mismo tiempo que, como hacen humanos y ghouls, debe descubrir como sobrevivir y hacer vida "normal" junto a sus allegados.
Con sólo ver la primera temporada, la serie me deja bastante satisfecho. Podría dejarse ahí perfectamente, aunque hay evolución de personajes, una trama entretenida y un final (muy) abierto para la continuación.
Tokyo Ghoul mezcla una historia de fantasía sobrenatural, con acción, algo de suspense y coflictos que aumentan la tensión.
En ocasiones peca de excesiva ñoñería que no esperas en una historia con bestias caníbales sobrenaturales. Pero como pasa en otras buenas obras, hace falta ese contraste para amplificar la pura maldad y villanía que rodea al protagonista.
Una animación correcta, con unos dibujos y colores que ambientan la historia estupendamente se completan con una de las mejores canciones de opening que he escuchado en estos últimos años: Unravel.
Está canción del grupo de rock 凛として時雨 (Ling Tosite Sigure), cantada por TK (Tooru Kitajima) tiene un ritmo cambiante, in crescendo, con cambios de humor igual que le pasa a la serie. Volverla a escuchar al comienzo de cada capítulo hace que te guste, sí o sí.
