Al principio, lo único que tenía claro es que era una serie de Maho Shojo (como ya dice el título) y que no era la típica serie de chicas mágicas puesto que se presentaba con una atmósfera algo más oscura y sin las típicas concesiones blandengues del género.
Y así es.
Pero no es oro todo lo que reluce. Y "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" (Huy! Eso es de otra película); Las chicas mágicas deben aceptar un contrato, con letra pequeña, que puede hacer que sus deseos cumplidos se vean truncados.
Tiene un argumento original, bien estructurado, salpicado de sorpresas en sólo doce episodios, con tazas del género mahou shoujo llevado al terreno de un seinen oscuro y más dramático de lo habitual en este tipo de anime.
Su director Akiyuki Shinbo (natural de Fukushima, por cierto) es conocido por series como Bakemonogatari o Maria Holic. Y en conjunción con los estudios Shaft tienen toques que recuerdan el absurdo de Maria Holic. Aunque en esta ocasión, dentro del mundo de la magia y fantasía oscura, cobran más sentido.
El opening es bastante peculiar. Me quedé ojiplático la primera vez que vi a Madoka tan "cariñosa" consigo misma.
Para terminar, solo mencionar que la banda sonora central y ending está firmada por la sin par Yuki Kajiura y su selecto grupo Kalafina. No hay que perderse el tema "Magia".
Nada de saltarse los créditos finales, por favor. Y mucho menos en el último capítulo tras los que hay propina.